La semana pasada apareció en las noticias una nueva propuesta para producir gasolina a partir de aire y agua.
La iniciativa propone remover el CO2 de la atmósfera y se combina con hidrógeno separado del vapor de agua. Se convierte luego en un combustible que puede introducirse directamente en el tanque de gasolina.
Es como la combustión al revés y, en esencia, es lo que les da energía a las plantas: entran CO2 y agua, salen moléculas de azúcar ricas en energía. Pero en términos energéticos nada llega gratis.
Así como las plantas necesitan de la luz solar para hacer sus maravillas, también Air Fuel Synthesis, la compañía que apareció descrita en el periódico británico The Independent, necesita energía eléctrica para lograr las suyas.
Como con cualquier método nuevo para la producción de combustibles o almacenamiento de energía, lo que importa en últimas son las cifras: la eficiencia es la clave.
El nivel al cual esta técnica puede cumplir su promesa de reducir el CO2 y producir una fuente de combustible sostenible depende crucialmente del balance de energía que necesite y de la energía que almacene.
Fuente: Revista Oro Negro
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