viernes, 4 de octubre de 2013

¿Estrategia energética correcta?

Foto: Internet
Por: Germán Alarco Tosoni

La discusión sobre la exportación de gas natural sigue sobre la mesa. En primer lugar, se dijo que se podría exportar este recurso al país vecino del sur. Luego, afortunadamente, se señaló que esto se podría hacer después de atender al consumo interno y de manera preferente procesado como productos petroquímicos. Con independencia de estas declaraciones, cuando hay demanda interna creciente la exportación es poco racional en términos ambientales y económicos, ya que se trata de un energético menos contaminante que los derivados del crudo y se encuentra a la cuarta parte del precio del petróleo. Las autoridades de cualquier país procurarían la utilización interna del recurso abundante, más económico y menos contaminante.

La combustión (uso) del gas natural es más amigable para el ambiente que los combustibles sólidos y el carbón. Se generan menos gases de efecto invernadero (GEI) cuyos impactos globales y nacionales todos conocemos. El gas natural produce-por unidad de energía- 11% menos GEI que el GLP, 19% menos que la gasolina, 28% menos que los residuales, 41% menos que el carbón y 50% menos que la leña. En términos de la emisión de metano que contribuye a los GEI, el gas natural produce solo la tercera parte de lo ocasionado por los otros combustibles sólidos. En cuanto al óxido nitroso es solo la sexta parte.

El país pierde US$ 2,750 millones al año por exportar gas natural en lugar de consumirlo internamente. Dicha pérdida es equivalente al 1.4% del PBI anual y 2.1% del consumo privado. Los consumidores internos no solo están sujetos a mayores emisiones contaminantes sino que deben pagar sobreprecios por los energéticos. El efecto se magnifica en los estratos de más bajos ingresos que podrían consumir más de otros bienes en lugar de pagar combustibles más costosos. Este cálculo es resultado de sustituir las importaciones de petróleo crudo (90,589 barriles diarios) por parte de las exportaciones de gas natural multiplicadas por la diferencia entre el precio del gas natural y el crudo (US$ 26.7 respecto de US$ 109.9 en 2012).

La priorización del mercado interno no significaría dejar de exportar gas natural, ya que se podría seguir colocando el equivalente de 45,834 barriles diarios (alrededor de 229 millones de pies cúbicos diarios). Asimismo, el cambio de estrategia no implicaría afectar a los privados, ya que a ellos se les podría comprar el recurso de acuerdo a la referencia del mercado internacional. Con esta fórmula ellos seguirían teóricamente ganando lo mismo y el país dejaría de perder dinero. Eso sí, habría que invertir intensamente en transporte, distribución y en la conversión de instalaciones y equipos para poder utilizarlo internamente. La cuestión clave es si nuestras autoridades tendrán la vocación de trabajar para provecho del país y no simplemente defender intereses particulares.


Fuente: Diario La Primera

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