Foto: Juan Ponce/ El Comercio |
ÓSCAR CASTILLA C.
Unidad de Investigación
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Gregoria Casas Huamanhuillca no sabe leer ni escribir, pero según las autoridades se ha convertido en la principal responsable del desastre ecológico en la selva de Madre de Dios. El Comercio viajó hasta Huepetuhe para entrevistarla, pero no fue posible ubicarla. Luego una llamada telefónica nos llevó hasta el Cusco. Allí contó su historia y sus secretos en la cadena de comercialización del oro ilegal desde su producción en Tambopata hasta su exportación a Suiza. En la entrevista estuvieron presentes su esposo Cecilio Baca, sus hijos Yoni y Marco Baca, así como su abogado y su contador.
— Usted es cusqueña. ¿Cuándo llegó a Huepetuhe?
Mi esposo y yo viajamos a Huepetuhe en la época de Belaunde, hace 48 años. Hoy tengo 71, pero entonces tenía 23 años. Allí conocí a los llamados ‘chichiqueros’ que buscaban oro en las quebradas. [Su esposo Cecilio Baca interviene, pero ella levanta la mano y dice: “Estoy hablando”].
— ¿Y empiezan a extraer oro?
Sí, y le dije a mi esposo: “Cecilio, nosotros también ‘chichiquiaremos’”. Así empezamos y por más de 20 años trabajé como artesanal hasta el gobierno de Alberto Fujimori cuando llegaron las empresas de maquinaria de Lima.
— ¿Cuánto oro extraían?
Entre 5 y 10 gramos a la semana. Había días que sacábamos, otros no. El oro no se siembra.
— ¿Cuándo obtiene su primera concesión?
Nuestra primera concesión fue Cecilio Gregoria en 1978 y extraíamos unos 15 gramos. Al mes podíamos sacar entre 250 o 400 gramos que vendíamos al Banco Minero de Huepetuhe.
— ¿Cuánto les pagaban?
Pagaban S/.2,00 o S/.1,80 [de la época]. Luego el gramo de oro subió en el gobierno de Fujimori. “Ojalá que llegue a los S/.10”, decíamos. Luego llegó a los S/.20.
— ¿Cuándo cambia la forma de extracción de oro en Huepetuhe?
Con Fujimori, cuando los empresarios de Lima nos vendieron maquinaria [pesada]. Todos los mineros compraron. Era la fiebre de las máquinas.
— ¿Cuánto oro sacaban con las máquinas, si antes extraían entre 250 y 400 gramos al mes?
Unos 700 a 800 gramos al mes, pero no trabajaban todas las máquinas al mismo tiempo.
— ¿Y cómo abastecían de combustible a las máquinas?
Le compramos a los griferos de Huepetuhe. Cada máquina necesita unos 60 galones de combustible. Luego nos convertimos en consumidores directos.
— ¿Le seguían vendiendo el oro al Banco Minero?
No, el banco ya se había retirado. En 1990, más o menos.
— ¿Y a quién le vendían?
A Inka Gold [creada en 1993] y Oro Fino [de 1997]. Después le vendimos a Leonardo Callalli [de Los Poderosos].
— ¿Cuántas concesiones tiene actualmente?
Cuatro. Cecilio Gregoria, Marleni, Paraíso y Aluvial 93B.
—¿Cuánto oro ha extraído en los últimos años?
Estará en la contabilidad, qué voy a recordar, si no sé leer ni escribir. [Días después su contador nos dijo que Gregoria Casas –como persona natural y jurídica, a través de su empresa Goya EIRL– vendió 470 kilos de oro por un total de S/.46 millones entre el 2008 y el presente año].
—¿Y a quién le vendió ese oro?
Al señor Miguel Zinanyuca de E&M Company. Él paga mejor. A veces paga hasta 50 céntimos más por gramo de oro.
—¿Cuánto le paga por gramo?
Sume, si el gramo de oro está S/.106, él paga S/.106,50. Todo está declarado en la Sunat. Soy principal contribuyente.
—¿Ya no le vende a Oro Fino?
A veces no paga como debe ser. Mejor es Zinanyuca de E&M Company. Como no sé leer ni escribir, entonces él viene y me paga. [Cecilio dice que le vende a Oro Fino y a Veta de Oro del Perú y sus hijos Yoni y Marco Baca a E&M y Royal Gold].
—¿Sabe dónde acaba el metal?
No sé. ¿Por qué tanto control sobre lo que vendo?
— El Comercio reveló que su oro llega a Suiza.
El que me compra sabrá adónde lo llevará. Ellos tendrán sus papeles al día para exportar.
—Usted y su familia son investigados por lavado de activos por sus concesiones, terrenos, maquinarias, empresas de transporte e inmuebles y hoteles en Cusco y Madre de Dios.
Yo a cada rato soy auditada por la Sunat. El Comercio dice que soy la baronesa del oro, la reina del oro, la tía Goya, de dónde voy a ser tía. Eso le dicen a una mujer foco rojo, prostituta, que trabaja con 50 hombres. Mi nombre es Gregoria Casas. Dicen que cargo oro en sacos, que tengo cuentas y casas en EE.UU. Eso es falso.
— En el 2000 usted y su esposo fueron investigados por defraudación tributaria.
Yo denuncié a mi contador por eso. Él sacó facturas sin mi permiso, negoció con ellas.
—Las autoridades la culpan por la deforestación y contaminación de Madre de Dios.
El ministro del Ambiente, Javier Pulgar-Vidal, me insulta cuando dice que he removido todo el monte de Madre de Dios. Por decir que soy millonaria a mi esposo hasta lo han asaltado en el Cusco. El ministro dice que han bombardeado mis dragas, pero yo no tengo esas máquinas. Tampoco conozco La Pampa. Ni he tocado las reservas naturales de Tambopata, Manu, Amarakaeri ni Malinowski. Desde que llegué a Huepetuhe sigo aquí.
— Pero usted usa mercurio, que es un producto tóxico.
Yo compró mercurio a una empresa que lo trae desde Huancavelica y que le vende a todos en Huepetuhe. Compro a S/.450 el kilo de mercurio. Lo reutilizo y no pierdo ni una gota. Nunca lo he botado al río.
—¿Está de acuerdo con que se investigue a todos los mineros de Huepetuhe?
Que investiguen a todos, no solo a mí. Que me bombardeen si me encuentran trabajando en zonas de reserva natural, con qué cara voy a reclamar.
Fuente: Diario El Comercio
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