Una gran mancha de petróleo de 300 kilómetros avanza de Ecuador hacia Perú a través del río Napo en Perú, advirtieron medios ecuatorianos. Esto, debido a que el pasado viernes 31 de mayo, se produjo un derrame de 10 mil barriles de crudo en el sector de El Reventador en Sucumbíos, debido a que fuertes precipitaciones en el vecino país rompieron tuberías de Petroecuador.
La fractura de al menos 140 metros de tubería del Sistema del Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), afectó los terrenos de los pobladores y se extendió hacia el río Coca. Uno de los primeros en advertir el desastre fue el naturalista Jorge José Fabre, quien advirtió que en su recorrido por lancha pudo constatar que la mancha de petróleo se extendía por varios kilómetros hasta llegar al río Napo.
Según Vigilante Amazónico, el director de Gestión de Riesgos del Gobierno Municipal de El Coca, Alfredo Ponce, aseguró que la mancha que contiene el crudo tiene un ancho de un kilómetro, pero que la mancha que contiene el aceite y otras sustancias del petróleo, y que son arrastradas por el agua a gran velocidad, tiene una extensión entre 240 y 300 kilómetros.
El diario ecuatoriano Hoy informó que Petroecuador inició las labores de limpieza (se habría recuperado 200 barriles de crudo) y reparación de la tubería. Por su parte, la ministra del Ambiente de Ecuador, Lorena Tapia, anunció que la empresa correrá con los gastos sociales y ambientales provocados por el derrame.
Del lado peruano, el Gobernador del distrito de Torres Causana, Edgar Navarro Tapullima, anunció la preocupación de la población por este hecho, y solicitó que las autoridades peruanas den inicio a acciones para evitar la contaminación del río Napo, que no solo perjudicaría a las 25 comunidades kichwas de su distrito, sino que también pondría en riesgo a toda la cuenca.
Al respecto, el abogado de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, César Ipenza, señaló que esta situación debió haber sido alertada a través del Plan Binacional Perú-Ecuador a fin de que se articulen acciones conjuntas para evitar la expansión de este daño ambiental. “Recordemos que esta situación se dio el 31 de mayo y por tanto debió haber existido una respuesta inmediata, lo cual no se dio”, enfatizó Ipenza.
Fuente: Actualidad Ambiental
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