lunes, 25 de marzo de 2013

Piden que el Estado peruano adopte políticas públicas para combatir el racismo

- Racismo no es reconocido como un problema público de carácter estructural, indica asociación Chirapaq.  
La asociación Centro de Culturas Indígenas Chirapaq demandó que el Estado peruano asuma el racismo y la discriminación racial como problemas de primer orden y asuma como política de Estado el desarrollo orgánico de políticas públicas a todo nivel, en especial en el campo educativo.

Mediante un pronunciamiento difundido con ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial la indicada asociación solicitó “Resignificarnos como sociedad, asumiendo como fundamental el aporte, presencia y derechos de los pueblos indígenas y de los grupos étnicos históricamente excluidos.”

En tal sentido mencionó la necesidad de constituir un ente Estatal encargado de estudiar, diseñar y monitorear una estrategia de erradicación del racismo.

Asimismo, institucionalizar la participación de los pueblos indígenas dentro de los diferentes organismos de Estado para la participación directa en el diseño y gestión de los programas que los afecten o involucren.

Chirapaq también llamó a incentivar y fortalecer los sistemas de vida indígena para el fortalecimiento y pervivencia de los pueblos indígenas, pero también como modelos de manejo sostenible a ser utilizados dentro de propuestas de desarrollo soberano.

Chirapaq instó a organizaciones indígenas a renovar esfuerzos para superar los efectos del racismo y la discriminación, y mantener viva la identidad cultural.
 
La discriminación racial

El racismo se entiende como la consideración de que existen grupos humanos mejores que otros, y que por lo tanto, la cultura, costumbres y formas de vida serán valoradas dependiendo a cual grupo se pertenezca.

En el Perú, el racismo se ha ido desarrollando a lo largo de siglos en nuestro país y se ha arraigado tan profundamente en nuestras relaciones sociales, que casi es imperceptible su presencia.

Prueba de ello es que frases despectivas o burlescas y representaciones con igual orientación, no son cuestionadas por la sociedad, e inclusive cuando esto ha sucedido, ha despertado más condena que apoyo, aduciéndose que cualquier señalamiento al problema del racismo es apelar a un problema que no existe.

En lo cotidiano, son frecuentes las denuncias de maltrato por parte de funcionarios públicos o en servicios de diversa índole, referidos a falta de atención con respeto o en el idioma predominante en la región. Esto se ve particularmente más acentuado en los servicios de salud, educación y justicia.

Son frecuentes las alusiones a la falta de “cultura” cuando una persona indígena bilingüe no se expresa fluidamente en castellano, o en el caso de los centros educativos, los profesores se niegan y los padres también, a la enseñanza en alguno de los idiomas originarios por considerarlos “un atraso”.

Diferentes organizaciones indígenas han señalado que los contenidos educativos no contribuyen a fortalecer la identidad indígena y que inclusive la dificulta sobremanera, al no contar su historia, al hacerlo de manera sesgada o introducir modelos culturales que les son ajenos en detrimento de sus prácticas propias.

Una de las consecuencias más palpables del racismo es el empobrecimiento de los pueblos indígenas. Resulta irónico que las zonas que presentan mayores recursos económicos minerales o de hidrocarburos correspondan a territorios indígenas y muchos de los proyectos de éste tipo no han mejorado la vida y el desarrollo de los pueblos indígenas.

Especialmente afectadas en este proceso son las mujeres y niñas indígenas, resultando la pobreza en una de las formas de violencia más sistemáticas a consecuencia del racismo.

Acceda al pronunciamiento de Chirapaq con un clic en el siguiente enlace:

Fuente: SERVINDI

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