lunes, 25 de febrero de 2013

Menores esclavizadas por red de prostitución en la meca de minería informal

Liubomir Fernández.

Dice llamarse Roxana y en dos meses cumplirá 17 años. Hace año y medio dejó su natal Cunca, un poblado que pertenece a la provincia cusqueña de Canchis.

Sentada en un banco de plástico y protegida por una casaca térmica que combate las bajas temperaturas de La Rinconada, nos confiesa que abandonó su casa hace más de un año. Sus padres se divorciaron y debía trabajar. Con una amiga partió a Juliaca. En esta ciudad, el emporio comercial de Puno, leyó en el diario un anuncio: se busca jovencita para atender un restaurante, sueldo hasta S/. 3.000. Roxana aceptó sin imaginar que caía a una red de prostitución de la que ahora no puede salir. Así llegó a La Rinconada, meca de la minería informal y otras actividades ilegales.

Once y media de la mañana y los bares están abiertos. Atienden las 24 horas del día. En total se estiman 200 en este poblado a seis horas de la ciudad de Puno, en la jurisdicción del distrito de Ananea, provincia de San Antonio de Putina.

Roxana ha pedido un par de cervezas. Es la condición implícita para entablar una conversación. Hemos preferido sentarnos fuera del establecimiento. Nos han espantado los malos olores. En esta suerte de gran campamento no hay agua potable ni desagüe. Los parroquianos orinan en baldes. Cuando los recipientes se llenan el contenido es lanzado a la calle. En las calles hay una prolongación de los malos olores de los locales.

Roxana parece resignada a su suerte. Hay una actuación fingida en ella. Probablemente la intimida la propietaria del local que no le quita la vista de encima. Afina el oído para escuchar nuestra charla. Con una cámara de video camuflada hemos pasado como mineros informales. De lo contrario, no hubiesen querido atendernos.

Los únicos clientes autorizados para penetrar estos antros son los mineros. Hay guachimanes vestidos de estos trabajadores por todo lado. Amenazan con linchar a los desconocidos. No quieren curiosos que sepan de las actividades ilegales que se cocinan aquí y en donde la autoridad vive intimidada. Hay tres policías para 40 mil habitantes. El 90% se dedica a explotar el oro de los socavones abiertos en el nevado que colinda con el pueblo.

La minería en este lugar se remonta a la época colonial. Sin embargo, la informalidad se acentuó con el estallido del boom minero. Con la onza del metal precioso por las nubes este oficio se ha vuelto muy rentable.

El poder adquisitivo de estos trabajadores atrajo varias actividades ilegales: tráfico de drogas, contrabando y por supuesto el negocio del sexo.

Los mineros trabajan bajo el sistema del cachorreo. Laboran para el dueño de la concesión 28 días "gratis". La producción de los dos últimos días del mes corresponden al obrero. Cada trabajador puede llegar a obtener hasta S/. 10 mil soles con el mineral que vende: el sueldo de un funcionario bien pagado. ¿Qué hace un informal con tanto dinero? Probablemente envían algo a la familia. Y lo demás se gasta en licor y mujeres.

Estos vicios son abonados con algunos mitos de la zona. El oro aflora del subsuelo cuando el trabajador es borracho y mujeriego y mucho mejor con menores de edad.

“Es una creencia que solo existe en un sector de los hermanos mineros”, justifica el alcalde de La Rinconada, Yack Mamani Yucra. Eso explicaría el tráfico de adolescentes.

Al término de las faenas acuden religiosamente a la “casa de las bebitas”, así llaman a los bares.

El Ministerio Público, la Policía Nacional y otros organismos saben del problema. Pero aún no se ha hecho una intervención. Los pocos casos que se conocen salieron a la luz porque las víctimas fugaron o sus padres pidieron ayuda para rescatarlos, como ocurrió con las primas O.Y.B.Ch. (16) y L.M.C.Ch. (16). Hartas de la explotación sexual, una madrugada, tomaron la determinación de huir entregándose al puesto policial de la zona. A los efectivos les contaron que fueron captadas cuando buscaban trabajo en Juliaca.

Esta mañana en La Rinconada hay decenas de menores paradas en las puertas de estos locales. Su trabajo consiste en atraer clientes y sostener largas conversaciones , motivarlos a que consuman cerveza. Si un minero les propone tener sexo o les hace tocamientos indebidos, no pueden rechazarlo. Ganan S/. 1.50 por botella bebida, el resto es para el dueño del local. La tarifa por una relación sexual asciende a S/. 400, se paga en la barra y a ellas les dan S/. 100. El servicio se concreta en un hotel o en un apartado del bar. “La dueña muchas veces, no nos pagaba lo que nos correspondía. Se quedaba con toda nuestra plata. Encima nos trataba mal cuando no queríamos que nos toquen”, ha contado M.T.Q (16), en su manifestación al Ministerio Público de Ananea, otro lugar donde predomina la minería informal y prostitución de menores.

M.T.Q, fugó en diciembre del 2012 cuando su tratante salió a comprarle comida. En su caso la mujer que la llevó con engaños hoy purga condena en el penal de mujeres de Lampa. Es un caso aislado. La mayoría de tratantes están sueltos en plaza.

No hay una cifra oficial sobre el número menores que son explotadas en La Rinconada. Según un informe del Frente Policial de Puno, se estima entre 1,500 y 4,000. Aunque para algunos organismos la cifra no supera las 2 mil. A la mayoría las llevan con engaños. El grueso número de adolescentes son bolivianas, las más cotizadas. La Policía Nacional ha identificado a Desaguadero y Tilali, como puntos de ingreso de menores del país altiplánico. Roxana pone punto final a la conversación cuando la botella queda vacía. Otro cliente merodea. “Yo voy a estar por aquí no más trabajando”, se despide.

FISCALIA DE LA NACIÓN PROMETE INVESTIGAR TRATA EN PUNO

El Fiscal de la Nación José Antonio Peláez Bardales, dispuso una investigación de los presuntos casos de trata de personas y explotación sexual en el centro poblado de La Rinconada.

En la nota de prensa alcanzada a esta redacción se precisa que esta localidad que pertenece a la provincia de San Antonio de Putina se estaría explotando sexualmente a niñas y adolescentes.

Según Pélaez se sancionará con todo el peso de la ley a los responsables de la trata y sobre todo si se vulnera los derechos de los niños y adolescentes.

La especialista Zezy Sardón precisa que este sometimiento viola los derechos humanos y dignidad de las mujeres. Afirma que la problemática debería abordarla el Gobierno Regional a través del consejo de la mujer y no solo basta la intervención policial, el operativo es parte pero no soluciona las cosas. A esas menores hay que rescatarlas, hacerles recuperar la dignidad y la autoestima; hacer participar a la familia en este proceso.



ENFOQUE
Alberto Arenas

HUBO OPERATIVOS ESPORÁDICOS


La situación de La Rinconada no es nueva. En 2004 el Ministerio del Interior hizo un operativo. Pero no hubo un trabajo sostenido para seguir combatiendo la trata de personas.

Desde CHS Alternativo venimos monitoreando la localidad hace años. La intervención en la zona debe ser integral, social, migratoria y financiera. Al igual que en muchas regiones del país el delito de la trata está vinculada a la minería ilegal. Por ello, llama la atención que la ministra de la Mujer, diga que no tiene conocimiento sobre este hecho.

El tema pasa por entender que La Rinconada es un destino de Trata. Ello obliga a dar una mirada a las rutas por donde las menores son trasladadas. La fronteras con Bolivia, debe ser un primer punto para enfrentar el problema. De igual forma, debe identificarse los otros puntos de ingreso del país.

Las autoridades deben tomar conciencia del papel que les toca cumplir para recuperar a las menores que no solo son explotadas en La Rinconada, si no en varias partes del país. Está claro que no solo la intervención policial va a solucionar el tema. Se requiere que el Estado tome cartas en el asunto, desde sus distintos aparatos gubernamentales.
 
 
Fuente: Diario La República

0 comentarios:

Publicar un comentario

Compartir

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More