jueves, 28 de febrero de 2013

Políticas ‘ignoran ecosistemas amazónicos de agua dulce’

Foto: Rodrigo Soldon
Los ecosistemas de agua dulce de la Amazonia brasileña están siendo cada vez más impactados por la rápida expansión de infraestructura en la región y la intensa actividad económica, advierten investigadores en un estudio publicado en Conservation Letters (1 de febrero).

Según el artículo, ecosistemas de ríos, lagos y del pantanal, que abarcan aproximadamente un quinto del área de la cuenca amazónica, están siendo fuertemente afectados por la deforestación, polución, represas hidroeléctricas y sobreexplotación de flora y fauna.

Para los investigadores, eso se debe a un desequilibrio en las políticas ambientales destinadas a la preservación de esos ecosistemas.

Mientras gran parte de los esfuerzos se han concentrado en proteger y conservar los bosques y su biodiversidad, permitiendo crear redes de áreas protegidas, no se ha hecho lo mismo con los ecosistemas de agua dulce, de modo que las políticas ambientales vigentes no logran mitigar gran parte de los impactos.

Leandro Castello, autor principal del estudio e investigador del Woods Hole Research Center, Estados Unidos, dice a SciDev.Net que las políticas actuales ignoran las cuencas hidrográficas, que son la unidad básica de manejo de esos ecosistemas.

“Mientras la conservación de los ecosistemas terrestres requiere gestionar intervenciones en zonas aledañas a la tierra, la conservación de ecosistemas de agua dulce requiere gestionar intervenciones en las áreas vecinas y distantes, en ecosistemas acuáticos y terrestres”, explica.

Castello ejemplifica que en el caso de la exploración de petróleo en las cabeceras de las cuencas, cualquier fuga en el área terrestre contaminará los ríos de cabecera, extendiéndose a otros ríos, dentro y fuera de las áreas protegidas.

El artículo señala además que la degradación de los ecosistemas de agua dulce pueden afectar significativamente la vida de las poblaciones dependientes de sus bienes y servicios

Las alteraciones hidrológicas pueden interrumpir las migraciones de los peces, lo que afectaría los rendimientos de la pesca en ríos. Según Castello, esas alteraciones causan daños ambientales irreversibles y están ligadas también a la construcción de hidroeléctricas en la región.

Actualmente 154 hidroeléctricas operan en la Amazonía brasileña, 21 están en fase de construcción y se planea construir otras 277. Se estima además que hay miles de pequeñas represas en arroyos de la región.

La bióloga Maria Carolina Lyra-Jorge, de la Universidad Santo Amaro, Brasil, señala que la acción de las hidroeléctricas en la dinámica de los ecosistemas debe ser seriamente debatida, considerando que el gobierno pretende aumentar su número.

“La construcción de hidroeléctricas debe tomar en cuenta sus impactos en las cuencas hidrográficas cercanas y distantes del área donde se construirán”, dice a SciDev.Net.

Añade que el sector eléctrico brasileño ya ha desarrollado una metodología para analizar el impacto acumulativo de las represas, como la Evaluación Ambiental Integrada, pero que eso debe ampliarse.

Enlace al resumen del artículo en Conservation Letters
 
 
Fuente: SciDev Net

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