jueves, 28 de junio de 2012

La Rinconada una mina tomada por informales



Detrás de las recientes protestas de los mineros informales de Puno hay intereses de inescrupulosos que no respetan la vida humana y tienen carta libre para contaminar.

A más de 5400 metros sobre el nivel del mar, en el distrito de Ananea, se ubica el centro poblado La Rinconada. El 90% de sus 50 mil habitantes se dedica a la minera ilegal y artesanal, incluyendo mujeres, niños y ancianos.

Se trata de una concesión “formal” otorgada a la Corporación Minera Ananea S.A., la cual -sacándole la vuelta a la ley- ha dejado la explotación de oro en manos de 450 contratistas informales que no están sometidos a ningún control y cometen excesos contra la población que busca una oportunidad de trabajo.

El socavón, ubicado al pie del nevado Riticucho, produce entre 2 y 10 toneladas de oro al año, con ganancias que superan los $300 millones.

Este diario verificó in situ el estado de la mina, lugar donde no asoman los ambientalistas, congresistas o representantes de los frentes regionales que hoy ponen piedras a proyectos formales, como Conga o Xstrata Tintaya, y detienen el desarrollo en Cajamarca y el Cusco.

En la falda del nevado se reúnen a diario decenas de niños y adolescentes que pican piedras en busca del preciado mineral, y están expuestos no solo al lacerante frío, sino a daños en sus extremidades y hasta potenciales deformaciones.

Una visita a los centros médicos de la zona revela que la mayoría de atenciones médicas realizadas a los menores de edad se debe a casos de cólicos, fuertes dolores de cabeza y náuseas, síntomas de la exposición al mercurio.

A esto se suma diarrea crónica por falta de agua y servicios higiénicos básicos.

Por si fuera poco, los 300 trabajadores que laboran dentro de la mina también son víctimas de peligrosos derrumbes y están expuestos a gases tóxicos, lo que se ha convertido en la principal causa de muerte.

“La mayoría muere aquí de pulmonía, otros por derrumbes. A veces fallecen y los tenemos hasta por un día a la espera de la llegada del fiscal. A veces ni se aparecen y los entierran aquí nomás”, comentó crudamente Adrián Malchaca (46), minero natural de Azángaro.

Los mineros laboran para los contratistas en turnos de 6 horas diarias con sueldos irrisorios. También pueden explotar la mina bajo la modalidad del “cachorreo”, es decir, se les permite cuatro días de explotación solo para beneficio propio en el lapso de un mes.

(Por: A.Manco y K. Duran)

Fuente: Diario Correo

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