Como se lo mire, el precio del oro ha sufrido una de las más espectaculares caídas de los últimos años.
En Estados Unidos llegó a registrar una pérdida del 10,9% a principios de semana, algo que no sucedía desde 1983, y en Londres tocó su nivel más bajo desde principios de 2011.
Si bien con el correr de la semana el oro recuperó un poco de su valor, el pasado jueves los precios volvieron a caer, y hay datos que hablan de una tendencia de más largo plazo.
En lo que va del año, el billonario John Paulson perdió US$1,5 mil millones al apostar al oro en su fondo de inversiones. En India, máximo importador mundial de lingotes, las importaciones descendieron en 24% en el primer trimestre.
Según David Govett, jefe de metales preciosos de Marx Spectorn, se trata de una fuga generalizada del metal. “Los inversores quieren vender. Estamos hablando de un mercado con una idea fija: la puerta de salida”, indicó a la prensa.
Todo lo cual no deja de sorprender. El oro es normalmente considerado un refugio para tiempos inestables y no cabe duda que la economía global hoy es, como mínimo, impredecible.
Hace unos años hubiera sido impensable que se considerara a Europa un centro de inestabilidad económica. Hoy la eurozona es uno de los principales obstáculos para una recuperación global.
Según muchos analistas, su última crisis, Chipre, ha tenido un fuerte impacto en el precio internacional del oro.
La semana pasada se reveló que el rescate de la isla, calculado en un principio en unos 16 mil millones, iba a requerir unos 7 mil millones de euros más que la Unión Europea no estaba dispuesta a financiar.
En otras palabras Chipre tenía que encontrar los recursos por sí sola. Los bancos centrales son los más importantes dueños de reservas de oro a nivel mundial: Chipre tenía el equivalente a unos 400 millones de euros.
La cantidad es insignificante, pero según Catherine Raw, directora del portafolio de oro y minería de la inversora Blackrock, el mercado percibió a Chipre como la punta de la madeja de una eurozona amenazada por la bancarota.
“El gran temor es que Chipre sea un precedente. Chipre no tiene mucho oro, pero otros países de la eurozona con problemas, sí. Italia España y Portugal tienen todos importantes reservas”, indicó Raw.
El viernes el precio del oro había caído a su nivel más bajo en 18 meses, pero era apenas un comienzo. El lunes se había consolidado un segundo temor en los mercados: la posibilidad de que Estados Unidos termine con la aceleración cuantitativa o emisión electrónica de dinero.
Los mercados trabajan con hipótesis del significado de ciertas posibilidades o escenarios. En este caso, se suponía que suprimida la emisión de dinero electrónico se controlaría la inflación y el valor protector del oro perdería terreno frente a la rentabilidad de otras inversiones.
La teoría clásica estipula que el precio de un producto se determina con la interacción de dos variables: la oferta y demanda.
La realidad ha mostrado ser más compleja exigiendo la incorporación de otros factores de análisis como el impacto de formaciones oligopólicas y las peculiaridades de determinados productos.
El mercado de futuros, que ha tenido un desarrollo vertiginoso en los últimos 20 años, es hoy en día el principal competidor de la teoría de la oferta y la demanda.
Muchos analistas piensan que las fuertes fluctuaciones de precios en productos primarios –alimentos, petróleo o metales– no se deben a un problema de menor oferta (menor extracción, sequías, etc) o mayor demanda (la plena incorporación de China e India al mercado mundial) sino por las apuestas fabulosas que se hacen con los contratos de compraventa a futuro.
En el caso del oro se conoce la cantidad de reserva de oro y el nivel de extracción que hay. No hay problema por el lado de la oferta.
En cuanto a la demanda, el principal competidor del oro es el dinero. Cuando hay optimismo en la marcha económica mundial, los mercados se inclinan por el dinero que les sirve para invertir en activos que, en un contexto de crecimiento, ofrecerán mejor rendimiento que el lingote.
Nada de esto está sucediendo. Este martes el Fondo Monetario Internacional volvió a bajar la expectativa de crecimiento mundial para 2013.
¿Son los mercados a futuro la explicación del fenómeno? Según el analista del mercado John Mauldin, la estampida del precio del oro se produjo por la venta de 500 toneladas de oro papel (contratos) el viernes.
“Eso es mucho oro vendido a la desesperada, como si todos tuvieran una pistola apuntándolos a la cabeza”, opina Mauldin.
Los que se inclinan por esta hipótesis hablan de una manipulación del mercado por grandes actores como sucedió en julio de 2010 con el cacao, cuando un fondo financiero de alto riesgo, Armajaro, adquirió un 7% de la producción global a futuro para – en este caso a la inversa del oro – disparar el precio.
Con tanta fluctuación de los valores e incertidumbre sobre las causas, quien tenga una maravillosa bola de cristal para ver el futuro podrá hacerse fácilmente millonario.
En ausencia de ese mágico instrumento, todo dependerá de la evaluación que se haga de las hipótesis en juego.
El mercado del oro ha tenido una década prodigiosa en el que el precio se ha disparado alcanzando cifras históricas. La pregunta es: ¿se ha llegado al final de esta ruta? Según Catherine Raw de Blackrock la respuesta es no.
“Todavía existe el temor a la inflación, los Bancos Centrales siguen siendo compradores netos de oro, a pesar de Chipre y los temores por otros países de la eurozona. Todas estas tendencias siguen presentes. Se trata de un fenómeno pasajero”, señaló.
Siempre hay que preguntar quién es el emisor del mensaje. Blackrock maneja importantes portafolios de oro: no está particularmente interesado en un derrumbe de los precios. Sin la bola de cristal, el futuro, como siempre, es un misterio.
Fuente: Revista Oro Negro
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