Foto: EFE/Belén Delgado |
Los primates pueden ser originarios de África, pero nunca de Egipto. Sin embargo, las redes de tráfico ilegal han hecho de este país uno de los principales puertos de salida de esos y otros animales pese a los esfuerzos por combatirlo.
¿Cómo puede, por ejemplo, un gorila de la República Democrática del Congo acabar de contrabando en China o Europa? Sería cuestión de trasladarlo a Nigeria o Kenia, y de ahí a Sudán y Egipto, donde pasaría a ser embarcado hacia alguno de esos dos destinos finales.
Esa es una de las rutas más habituales entre los traficantes en el continente africano, según un reciente estudio del programa de las Naciones Unidas para la supervivencia de los grandes simios (GRASP, en inglés).
En ese oscuro negocio que se calcula despoja anualmente de las selvas de África y del Sudeste Asiático a unos 3.000 de esos primates, el aeropuerto de El Cairo comparte con los de Conakry, Johannesburgo y Yakarta el dudoso honor de ser una vía clave para sacar esos animales al mercado ilegal.
"Cairo Connection"
Foto: EFE/Belén Delgado |
Los animales, al zoo
En los casos de tráfico ilegal de animales, recuerda, los seres vivos se envían al zoo y los demás productos, a los museos; mientras que al infractor se le impone una multa de hasta 7.200 dólares.
Egipto es uno de los 178 países que han firmado la convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora, más conocida como CITES, que en su última cumbre de marzo tildó las mencionadas prácticas ilegales de "crímenes contra la vida silvestre".
Toma argumenta que están implantando la normativa con oficinas especiales y que a los nueve zoos gubernamentales se suman otros cinco centros de acogimiento que cumplen distintos requisitos.
"Hay una ignorancia tremenda sobre las leyes de protección de especies", subraya -en cambio- la reconocida defensora de animales Dina Zulfikar.
A su juicio, pueden obtener licencias para tener determinados ejemplares investigadores, circos y zoos públicos o privados, que en la práctica "escapan" del control de las autoridades.
Además de reclamar que especies incautadas como los simios vuelvan a sus lugares de origen, como establece la ley, Zulfikar cree que se necesitan más restricciones al tráfico ilegal. Pero tras muchos años batallando, es consciente de que nada a contracorriente: "Siempre que haya demanda, va a haber mercado".
Fuente: EFEverde
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