lunes, 26 de agosto de 2013

Sector forestal en el Perú: Mendigo apoyado en un tronco de oro

Foto: Defensoría del Pueblo
Hace una semana, el director de la división de evaluación y conservación del Departamento Forestal de la FAO, Eduardo Mansur, sostuvo que “el Perú tiene un potencial enorme para el desarrollo de una industria forestal manejada responsablemente”, en el marco del Segundo Encuentro de Ministros responsables de Bosques del APEC. Tras esa afirmación, cabe preguntarse cuáles son los fundamentos para afirmar esto y cuáles son los obstáculos que existen para aprovechar dicho potencial.

¿Mendigo apoyado en un tronco de oro?

Según Elsa Galarza, miembro del área de Economía y Recursos Naturales del Centro de Estudios de la Universidad del Pacífico (CIUP) y Enrique Toledo, conocido consultor forestal, el Perú es un país con gran potencial forestal: Posee más de 70 millones de hectáreas de bosques naturales y 8 millones aptas para la reforestación, con cerca de 2,500 especies forestales en la Amazonía. Se han calculado 46 millones de hectáreas con capacidad para la producción permanente de productos maderables. Asimismo, este sector se ve beneficiado por las exoneraciones tributarias de la Ley de la Promoción de la Inversión en la Amazonía.

Por el lado comercial, actualmente el TLC Perú-Estados Unidos permite incrementar y diversificar las exportaciones maderables, además de promover productos con valor agregado (como muebles, puertas, pisos y enchapes decorativos). Es más, el país está estratégicamente localizado para poder exportar al Asia Pacífico: Toledo sostiene que el potencial exportador a este continente en productos forestales suma US$3,000 millones.

Aún con esta buena fortuna, el sector no es uno de los más importantes para el Perú: En el caso del ámbito estrictamente forestal (es decir, plantación, renovación y tala de árboles con valor agregado), exportamos US$273,4 millones en productos forestales maderables en el 2011, mientras que Chile exportó US$5,905 millones y Brasil cerca de US$9,100 millones.

Los cuellos de botella

En el caso del sector forestal peruano ha ocurrido vaivenes legislativos que han entorpecido al sector: Desde 1975 al 2000, el régimen legal de la actividad forestal maderera amplió o redujo los permisos de concesión constantemente, con vedas durante varios años. Algunos de estos permisos no requerían estudios técnicos o económicos, además de ser intransferibles y recibidos por adjudicación directa. Esta situación generó diversos problemas que hasta ahora afectan al sector forestal: Informalidad, aprovechamiento comercial de especies vedadas y/o amenazadas, invasión y/o aprovechamiento ilícito de productos maderables en áreas no autorizadas, extracción de volúmenes superiores a los autorizados, o incluso el enfrentamiento con de mafias (algunas de ellas enlazadas con el narcotráfico), delincuencia y problemas de servidumbre por deudas o enganche. Si bien en la nueva ley forestal los bosques se concesionan por subasta o concurso y sí se pueden transferir, los problemas siguen.

En segundo lugar, están los problemas económicos: Existen diversos sobrecostos en logística, como el flete para traer madera de la selva a Lima. Ligado a esto ocurre la poca relación peso/valor, especialmente producto de un problema típico de este negocio: La madera requiere secarse para poder venderla con calidad estándar, lo que demanda inversión en hornos que no todos realizan, como manifestó hace ya varios años el ex coordinador de manufacturas diversas de Prom-Perú, Gustavo Trujillo.

En tercer lugar, el sector forestal es intensivo en investigación: Se requieren inversiones en biotecnología especialmente para viveros y para producciones clonales. En este momento, hay viveros y producciones clonales de pino radiata en Cajamarca, pero en menor escala.

En cuarto lugar, aún se ignoran los beneficios de brindar servicios de valor agregado: Actualmente, se podría lograr muchos más beneficios de la madera si se utilizara el sistema finger joint, que permite lograr tablones de maderas con “dientes” en los costados, evita los “nudos” y homogeneiza la mercancía. Actualmente, los productos hechos con el sistema finger joint pueden venderse en el extranjero a precios de US$650-900/m3, a diferencia de los US$360-540 de madera secada o US$240-480 de madera simplemente aserrada. Esta madera puede utilizarse en productos como molduras, revestimentos, puertas de alacenas, y demás.

Es decir, si bien el sector forestal peruano presenta ciertamente grandes posibiliades, lo cierto es que mantiene varias de las taras de gestiones anteriores que deben ser abordadas por las autoridades, si es que se pretende empujar al sector privado a que desarrolle una industria que tiene el componente social adicional de que se ubica en zonas alejadas. Al igual que la minería, tiene también el potencial de generar puestos de trabajo e iniciar una dinámica económica en lugares en los que es complicado instalar otras actividades económicas. En ese sentido, el Estado tiene varios incentivos para prestarle más atención al sector forestal. Esperemos que lo haga.

* Artículo escrito por Juan Manuel Hurtado, asistente de redacción de SEMANAeconómica

Fuente: Semana Económica

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