lunes, 12 de agosto de 2013

Discurso presidencial, gestión ambiental ¿cómo sea?

Foto: Internet
César Gamboa Balbín

Han pasado 2 años de este gobierno y podemos apreciar varios cambios en la gestión ambiental y social de las inversiones. Sin embargo, el discurso presidencial último nos suma en incertidumbres. Ya no hay la seguridad de generar cambios, quizás alguna pregunta sobre qué hacer a futuro ante la baja de los precios de los metales y nuestra dependencia al extractivismo.

Lo más claro en el discurso presidencial es el pequeño ofrecimiento al desarrollo sostenible sobre la experiencia de la consulta previa en el ACR Maijuna en Loreto. Ninguna mención a los compromisos asumidos en el Informe sobre una nueva minería en el Perú.
Pese a este discurso presidencial, es injusto señalar que la actual autoridad ambiental no haya logrado avances en la legislación. Si consideramos que la solución de conflictos socioambientales ha pasado por dicha gestión (Conga a Espinar); la creación del SENACE; la primera rendición de cuentas con el Informe de Desempeño Ambiental; el fortalecimiento de la fiscalización ambiental; la Declaración de Emergencia Ambiental para la contaminación histórica y actual por aguas de producción en el Río Corrientes y ampliándose la investigación a cuencas al lado;la próxima COP que se celebrara en Perú; etc. 

Así, parece que todo se borrara con este mediocre discurso y los recientes Decretos Supremos 054 y 060 –y los que vengan-. Todo avance parece ya postergado, reducido, perdido. Medidas poco participativas, con una motivación política cuestionable, pero sobre todo con cuestionamientos que ponen en tela de juicio su contenido (se reduce el plazo de aprobación del EIA, responsabilidad administrativa al funcionario por la demora; tendencia a un trámite “fast track” de aprobación de EIA; etc.) por las razones técnicas de su existencia: si queremos más rapidez y mejor calidad en la aprobación de los EIAs debemos reformar el sistema bajo un diagnóstico profundo y asumiendo soluciones como el fortalecimiento institucional con recursos humanos y técnicos; digitalización de los procedimientos administrativos de aprobación de EIA; mayor transparencia del proceso de aprobación del EIA. Ya el irregular proceso de aprobación del EIA de la expansión de operaciones en Camisea parece ser un vivo ejemplo de los efectos perniciosos de esta norma, pues siembran dudas de la aprobación de un EIA de calidad y que proteja a los pueblos indígenas aislados. Es necesario seguir empujando cambios para mejorar la gestión ambiental.   


Fuente: Diario La Primera      

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