viernes, 14 de diciembre de 2012

Producción de electricidad crece 6.9% en noviembre, la segunda más alta del año



ANDINA/archivo
Foto: Andina
La producción total de energía eléctrica tuvo un incremento de 6.9 por ciento en noviembre del 2012 a nivel nacional, con relación al mismo mes del año pasado, el segundo más alto del presente año después de febrero (7.8 por ciento), reportó hoy el Ministerio de Energía y Minas (MEM).

Dicha producción fue de 3,492 gigavatios hora (Gwh), informó la Dirección General de Electricidad (DGE) del MEM.

De ese total, las empresas que operan en el mercado eléctrico generaron 3,272 Gwh y las de uso propio 220 Gwh, que representa el 6.3 por ciento de participación en toda la producción nacional de electricidad.

La producción que realizaron las centrales hidroeléctricas fue de 1,881 Gwh y superó en 8.7 por ciento a la del mismo período del 2011, representando el 53.9 por ciento del total generado en el país.

Por otro lado, la generación termoeléctrica fue de 1,597 Gwh, es decir, 4.1 por ciento mayor a la de similar período del 2011, con una participación de 45.7 por ciento.

En la generación eléctrica en el país, se observó que las empresas del Estado participaron con el 26.4 por ciento, en tanto que las empresas del grupo Endesa lo hicieron con el 23.8 por ciento del total generado en el mercado eléctrico.

En menor proporción participaron los grupos Suez y Globeleq con 15.6 y cuatro por ciento, respectivamente.

La máxima demanda de la potencia eléctrica tuvo lugar el 20 de noviembre del 2012, a las 19:15 horas y alcanzó los 5,212 megavatios (Mw), 6.4 por ciento mayor respecto al mismo mes del año anterior.

En la atención de esta máxima demanda, la hidroenergía participó con el 51.9 por ciento y el gas natural con el 44.7 por ciento.

En menor proporción participaron el carbón con el 2.5 por ciento, la biomasa y el biogas con el 0.7 por ciento; en tanto que la generación con diesel y residual participó con el 0.2 por ciento.


Fuente: Agencia Andina

Pleno del Congreso aprueba ley que afianza seguridad energética en el país



Foto: ANDINA/Óscar Farje.
Foto: Andina/Oscar Farje
El pleno del Congreso aprobó hoy el proyecto de ley que propone declarar de interés nacional la implementación de medidas para afianzar la seguridad energética del país, que incluye un gasoducto y un polo petroquímico para la zona sur de Perú.

Esta iniciativa, que fue sustentada por el presidente de la Comisión de Energía y Minas, Teófilo Gamarra, propone incrementar la confiabilidad en la producción y el transporte de energía mediante la desconcentración geográfica de la producción.

Además, la norma plantea la reducción de la dependencia externa y la confiabilidad de la cadena de suministro de energía.

El texto señala que las empresas encargadas de implementar los proyectos de suministro natural y líquidos de gas natural, para el afianzamiento de la seguridad energética, podrán beneficiarse del mecanismo de ingresos garantizados.

Asimismo, establece la necesidad de construir un gasoducto y un poliducto desde la planta de procesamiento de Camisea hasta la estación de Chiquitirca, y un gasoducto y/o poliducto hasta Anta (Cusco), con capacidad para suministrar gas natural a la futura central térmica de Quillabamba.

La ruta del gasoducto prosigue a la costa sur, en Pampa Melchorita, con una planta de regasificación e instalaciones del gas natural licuefactado, y otros proyectos con opinión favorable del Osinergmin.

También se señala que el gasoducto de Anta al sur del país contará con el mecanismo de ingresos garantizados y se remunera con la demanda de los usuarios mediante tarifas inclusivas y los ingresos provenientes de un peaje adicional al Sistema Principal de Transmisión del Sistema Eléctrico Interconectado Nacional.

Desde ese gasoducto se construirán ductos y/o proyectos de infraestructura y logística para suministro de gas natural hacia las regiones de Apurímac, Puno, Arequipa, Cusco, Moquegua y Tacna.

En la norma se establece que el Ministerio de Energía definirá un mecanismo de compensación de los costos de gas natural que propicie la instalación de generadores eléctricos, con el objeto de desconcentrar la generación eléctrica de la zona central.

Se plantea declarar de interés nacional la obtención y el transporte del etano desde Camisea hacia el sur, el mismo que tendrá por objeto el desarrollo de la industria petroquímica en dicha zona.

Igualmente, se permite la participación de Petroperú y Electroperú en el desarrollo de los proyectos, en particular en el complejo energético del sur.

La aprobación en la sesión plenaria del Parlamento se hizo efectiva tras un amplio debate de más de siete horas, con 98 votos a favor, uno en contra y tres abstenciones, y fue exonerada del trámite de segunda votación por mayoría.


Fuente: Agencia Andina

MEM organiza reunión del Consejo Mundial de la Energía



El Ministerio de Energía y Minas (MEM) y el Comité Peruano del Consejo Mundial de la Energía (CME) realizaron una reunión-conferencia con ejecutivos de la sede central y de Latinoamérica de esa institución, quienes vinieron a tomar contacto directo con los profesionales del sector energía en el Perú.

A esta importante cita asistieron altas autoridades del sector Energía y Minas; el secretario general del CME, Christoph Frei; José Vargas Lleras, vicepresidente, y Gloria Piña, gerenta del Sector Latinoamérica y El Caribe (LAC-CME).

Actualmente, el titular del Comité Peruano del CME o WEC (por sus siglas en inglés) es Guillermo Castillo Justo, y el viceministro de Energía, Luis Ortigas Cúneo, ejerce la presidencia honorífica de esa filial en nuestro país.

Para realizar coordinaciones previas al encuentro, la comitiva del CME se reunió con los máximos representantes de Petroperú, Kallpa Generación, Endesa Perú, Duke Energy, Hunt Oil y Perú LNG.

El WEC es la entidad rectora, a nivel mundial, en el establecimiento de líneas de acción, criterios y acciones que procuran la extensión del suministro de energía, en sus diversas formas, de manera confiable, económica y responsable, a los pobladores de las naciones del mundo.

En el país se refundó el Comité Peruano, que viene operando desde el año 2005, procurando conectar cada vez más y mejor el acceso para las empresas y profesionales del sector energía, con esta importante institución.

Además, procura constituir un ambiente de reflexión para exponer, conocer y conversar sobre problemas y situaciones de trascendencia en el sector energético nacional.

En octubre del 2013 está prevista una nueva reunión del WEC en la ciudad de Daegu, ubicada en Corea del Sur, la cual se realiza cada tres años.


Fuente: Revista Oro Negro

Congresistas se comprometen a apoyar construcción de gasoducto del sur



Foto: Internet
Los congresistas del sur del país expresaron hoy su respaldo a la ley aprobada por el Parlamento que declara de interés nacional la construcción del gasoducto del sur, y señalaron que apoyarán la agilización de este proyecto.

El legislador por Arequipa Juan Carlos Eguren (APGC), destacó que la referida norma afianza la seguridad energética del país con el gas natural.

“Hoy a través de este proyecto se renueva las expectativas y las esperanzas de que el sur del Perú pueda con el gas natural recuperar competitividad”, declaró a Andina.

Refirió que no solamente se van a beneficiar las familias del sur del país, al tener una energía doméstica más económica, sino también el transporte ahorrará con un combustible más económico, y las industrias que serán más competitivas.

“Tenemos que mantener un control político y una supervisión permanente para que el Ejecutivo cumpla los compromisos asumidos de manera legislativa”, agregó.

Por su parte, el representante por Apurímac, Jhon Reynaga Soto (GPN), destacó el impulso que el gobierno le da a la masificación del gas en el sur del país.

“Una vez más este gobierno está impulsando la inclusión social energética con el gaseoducto del sur, que a la larga va a revolucionar la industrialización del país”, subrayó.

Asimismo, señaló que en el futuro, con la construcción del polo petroquímico, se podrá obtener del etano, la urea y los fertilizantes que impulsarán la productividad agrícola, al tener abonos más económicos.

Indicó que a partir del procesamiento del metano, se podrá obtener plásticos y otros insumos para su industrialización, que ya no tendrán que ser traídos desde China.

Reynaga Soto, quien también preside la Comisión de Inclusión Social, refirió que desde su despacho colaborará a socializar el tema del gasoducto, y para ello organizará este 31 de enero, un foro con participación del ministro de energía y minas, y el presidente de Osinergmin.

La legisladora por Cusco, Verónika Mendoza (AP-FA), saludó la capacidad de rectificación del Ejecutivo para llevar adelante el proyecto que presentó y luego fue modificado para su aprobación en el pleno del Congreso.

“Saludamos la aprobación de esta norma que creemos garantizará el abastecimiento de gas y la generación de energía eléctrica tanto en Quillabamba que es importante para los cusqueños, como la de las termoeléctricas planteadas en la costa sur”, dijo.

Asimismo, expresó su preocupación por la construcción del polo petroquímico, y por ello indicó que desde el Congreso acompañarán a este proceso para lograr que se haga realidad, e impulse la industrialización del sur del país.


Fuente: Agencia Andina

Gasoducto impulsará inclusión social de la población del sur



ANDINA/Archivo.
Foto: Andina
El Gasoducto Sur Peruano, cuya construcción fue declarada de interés nacional a través de una ley, impulsará la inclusión social de la población de la macrorregión sur, sostuvo hoy el presidente regional del Cusco, Jorge Acurio Tito.

“La inclusión social no es entregar dádivas ni regalos, sino proyectos como este que generarán sostenibilidad económica y social, y beneficiarán tanto a Cusco como a otras regiones del sur”, declaró a la Agencia Andina.

Dijo, además, que esta iniciativa, sumada a la del polo petroquímico, marcará una nueva etapa en esta parte del país. “Habrá un antes y un después en la historia de la macrosur”, manifestó la autoridad cusqueña.

El pleno del Congreso aprobó el jueves el proyecto de ley que propone declarar de interés nacional la implementación de medidas para afianzar la seguridad energética del país, que incluye un gasoducto y un polo petroquímico.

“La gente en Cusco ha recibido la noticia de manera positiva. Estamos contentos, tendremos gas para beneficio domiciliario, vehicular, industrial, así como un polo petroquímico para el desarrollo”, resaltó Acurio.

En virtud a ello, refirió, se abaratarán los costos del gas. “Hoy un balón cuesta 37 soles, seguramente llegará a los 12, no a través de los balones, sino de las cañerías que las regiones nos vamos a preocupar en hacer para conectarnos al gasoducto”, añadió.

Mencionó, además, que con el cambio de matriz disminuirán los costos en el rubro vehicular. “Si antes un taxista llenaba el tanque con 100 soles, luego lo hará con 50, tendrá lo restante para el hogar, eso es un ahorro sustancial”, remarcó.

Tras saludar la decisión que adoptó el Congreso, sostuvo que las regiones que apoyaron la ley tendrán ahora la tarea de monitorear y verificar que se cumplan las metas y plazos, así como promover proyectos complementarios.

“El Congreso ha entendido que las regiones no espantamos la inversión, sino que vemos la inversión como una buena manera de traer el desarrollo y el crecimiento económico”, manifestó.

Fuente: Agencia Andina

“Repsol vendería refinería La Pampilla, grifos y Solgas”



El titular del Ministerio de Energía y Minas Jorge Merino, sostuvo que la decisión de venta de Repsol son para los activos del downstream.

-Ha corrido la versión que Repsol vendería La Pampilla. ¿Es cierto?*
Lo cierto es que Repsol, después de lo de Argentina (nacionalización de su filial YPF, en abril pasado) tiene una política de desprenderse de algunos activos del ‘downstream’ (refinación y comercialización).

-Pero eso no significa que ya haya decidido vender.
Está vendiendo su participación (20%) en Perú LNG. Pero lo que ha manifestado es su evaluación, no oficial ni confirmada todavía, de desprenderse de todo lo que es el downstream. Ello incluiría la refinería La Pampilla, los grifos y Solgas (empresa líder en el mercado de GLP en el país).

-Si ocurriera esa venta, ¿significaría que Repsol deja el mercado peruano?
No, pues, por otro lado, Repsol también ha manifestado su interés de permanecer en el upstream (exploración y explotación). Repsol está en varios lotes en el Perú: en el 57 (con Petrobras), en el 76 (con Hunt) y en otros. Han reconfirmado que, después de España y Estados Unidos, el Perú es el tercer país donde mantienen sus inversiones.

-En el caso de que Repsol venda la refinería, ¿el Estado va a participar en la compra de La Pampilla?
En los activos del downstream, una vez que Repsol tome una decisión formal, nosotros como Estado peruano vamos a evaluar la situación del mercado refinero y qué es lo que conviene para seguir siendo competitivos como país, sin violar las reglas del mercado. En su momento nos pronunciaremos. Tenemos que evaluarlo y ver cómo el Estado peruano puede facilitar a que el mercado refinero local siga creciendo a la par que el crecimiento de la producción petrolera.

-Para algunos expertos, las refinerías de La Pampilla y Talara son complementarias, por lo que sería conveniente la compra de la primera por parte del Estado.
Hay que esperar; tenemos que ver cómo manejan las empresas petroleras latinoamericanas su política, su estrategia en la producción de hidrocarburos.

-Para otros expertos la ‘carne’ de los activos de Repsol son los grifos y hay el rumor que una empresa chileno-peruana ya tiene avanzado su plan para comprarlos. ¿Es así?
Lo que nosotros entendemos es que, si vende, Repsol quiere vender todo junto (los activos del downstream).

Fuente: Revista Oro Negro

Siembra y cosecha de agua en Ayacucho



Foto: ABA
Por Doris Romero*

Durante más de 10 mil años, las poblaciones de los Andes establecieron un modelo de vida basado en la agricultura y, a pesar de los enormes cambios sociales, económicos y poblacionales de los últimos siglos, los valores de desarrollo en armonía con el medio ambiente y de complementariedad y reciprocidad siguen siendo la base de la cultura andina, en la cual el agua juega un papel central.Para las comunidades campesinas andinas el agua es un ser vivo y fuente de vida. Por ello viven en armonía con ella y la protegen.

La Asociación Bartolomé Aripaylla (ABA) respalda activamente lo mencionado y trabaja en forma conjunta con las familias campesinas ubicadas en Quispillacta, entre 3500 y más de 4000 msnm, en la provincia de Cangallo, Ayacucho, Perú.

ABA es una institución que se identifica con los problemas y necesidades cotidianas de la zona, pues se encuentra conformada por un equipo de profesionales originarios de Quispillacta y otras comunidades aledañas.

Desde hace más de 20 años trabajan juntos y con una sola visión: contar con agua para su consumo, riego de pastos y para la conservación de los pastos comunales.

Las prácticas ancestrales aún vigentes han ayudado a estas comunidades a proveerse de agua durante todo el año.

¿En qué consiste la siembra y cosecha de agua?

En el marco de la cosmovisión local, el agua al igual que el suelo y otros componentes de la naturaleza, son considerados “personas” que tienen vida (kawsaqmi). Los pobladores mencionan que hay que “llamar”, “almacenar” y “llevar” al agua, a través de cantos ceremoniales.

La siembra y cosecha de agua de lluvia, consta de las siguientes actividades:

  • Qucha ruway (almacenamiento de agua de lluvia en vasos naturales u hoyadas).
  • Puquio waqaychay (protección y conservación de puquiales emergentes).
  • Plantación de plantas que “llaman agua” o “madres del agua” en ojos emergentes y bofedales.
  • Lliwas (formación de bofedales o humedales).
  • Puquio laqay (mantenimiento festivo de los ojos de agua).

El Qucha ruway consiste en el almacenamiento de agua de lluvia en vasos naturales mediante la construcción de diques de piedra con núcleos de arcilla. La actividad es ceremonial y se realiza con profundo respeto a las deidades del lugar donde se va “fundar” la laguna.

El objetivo es la siembra de agua para que se infiltre a través del suelo y subsuelo, y alimente a los acuíferos que dan origen a manantes, localmente llamados “ojos de agua” o puquios, y a los bofedales o humedales de puna.

El Qucha ruway es una modalidad alternativa de almacenamiento del agua en ‘vasos’ impermeabilizados, por lo que la recuperación de la vegetación circundante para evitar el arrastre de sedimentos finos por la escorrentía superficial hacia el lecho de las lagunas, es otro de sus objetivos. Las lagunas se estabilizan después de varias temporadas de lluvia, lo cual ocurre por el nivel de reposición del agua en la napa freática.

Los nuevos puquios que aparecen como efecto del almacenamiento del agua de lluvia, así como los existentes, son “criados” con plantas que a su vez “crían agua”, y se conocen como yakupa maman (plantas madres del agua) o yaku qayaq (plantas que llaman agua), como son la putaqa (Rumex peruvianus) y otras plantas que tienen las cualidades de hacer brotar agua donde no hay e incrementar el volumen del manante.

Se las protege del daño de los animales con pukutus o pukullus (infraestructuras de protección del manante) de piedra y, además, estas plantas, confieren energía a las lagunas y a los nuevos ojos de agua: “les hacen encanto”.

Las actividades que siguen son la formación y ampliación de los bofedales y el mantenimiento de los puquiales y lagunas en cada año agrícola, lo que significa la limpieza de sedimentos acumulados en los puquiales y la rehabilitación de conductos subterráneos que comunican al puquial madre (maman puquio) con los de uso (puquiales secundarios).

Este mito del uso y el cuidado del agua está vinculado a los rituales que se celebran en ceremonias y fiestas de gran amplitud como es el Yarqa Aspiy (limpieza de canales) donde la ceremonia central es la ofrenda al Puquio laqay (mantenimiento de puquiales), que se celebra entre mayo y septiembre. También se vincula con un alto nivel de organización comunal, protagonizada por los jóvenes y niños, quienes se encargan de la festividad y la limpieza de todos los puquiales.

La recuperación de todo este conjunto de actividades basado en la cosmovisión propia de los campesinos de Quispillacta, ha sido realizada con el acompañamiento de ABA, pues los campesinos las estaban olvidando debido al consumo de agua entubada y al abandono de las técnicas tradicionales especiales para la regeneración del agua y la naturaleza.

Los que paticipamos en la pasantía hemos constatado la fuerza que tiene la cultura para provocar cambios de actitud en las personas. Donde antes había abandono, desolación y lágrimas, hoy desborda el entusiasmo y respeto entre los comuneros y sus autoridades, traducido también en una mayor disponibilidad de agua para el cultivo, para el “buen vivir” (kausakuy).


Los productores han visto que a partir de condiciones naturalmente más difíciles que las propias, se pueden lograr situaciones de bienestar, que las creencias que les transmitieron sus abuelos están vivas también en otros lugares, y que les dan la fuerza para vivir mejor. “En mi sitio no hay putaqa, es más frío, más húmedo, pero voy a buscar unas parecidas, probarlas, criarlas en silencio. Cuando resulten, recién voy a mostrar a los comuneros”.


Campesinos de Pitumarca durante la pasantía en Quispillacta. Foto: María Fernanda Martínez, ETC Andes

El proyecto Pitumarca

Es proyecto de apoyo y asesoramiento a los alpaqueros y a las artesanas textiles de las comunidades campesinas del distrito de Pitumarca, ubicado entre los 3.200 y 5.000 metros de altitud, en la provincia de Canchis, al sureste de la ciudad de Cusco.

Actualmente los glaciares andinos están siendo afectados por el cambio climático, lo que altera el régimen hidrológico, factor clave para la producción agropecuaria de las comunidades campesinas altoandinas.

Ante esta situación, la Asociación Ecología, Tecnología y Cultura en los Andes (ETC Andes), en alianza con el Instituto de Medio Ambiente y Género para el Desarrollo (IMAGEN), y el Centro de Sabidurías Interculturales (CEPR OSI) conducen el proyecto “Contribución al desarrollo económico en el distrito de Pitumarca en zonas sensibles al cambio climático”, el cual realiza la capacitación de los campesinos en temas productivos y de comercialización (manejo de pastos, esquila mejorada, tratamiento posesquila, organización para la producción y la comercialización), en la gestión de riesgos ante el cambio climático, en los procesos de planificación de las organizaciones de base e incidencia política en los gobiernos locales, entre otros temas.

Esta contribución es posible gracias al financiamiento que otorga Christian Aid, institución que trabaja con los países en vías de desarrollo que están siendo afectados por el cambio climático.

En el marco de este proyecto, un grupo de campesinos del distrito de Pitumarca y algunos técnicos que los asesoran, realizaron una pasantía en la comunidad de Quispillacta, lugar de trabajo de la Asociación Bartolomé Aripaylla (ABA) de Ayacucho, una zona muy árida cuyos pobladores han sido muy golpeados por la violencia vivida en la región Ayacucho en las décadas de 1980 y 1990, la cual afectó seriamente su identidad cultural. Actualmente viven un proceso de recuperación de su identidad que les ha llevado a revalorar sus conocimientos tradicionales y aplicarlos para mejorar sus condiciones de vida.

Mirella Gallardo Marticorena
Coordinadora del proyecto
Convenio Christian Aid-ETC Andes


Referencia
Siembra y cosecha de agua de lluvia, en Culturas aguafestivas, ABA-Ayacucho.
*Doris Romero de la Asociación ETC Andes, correo electrónico: romerodo@yahoo.es
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Fuente: SERVINDI

Petróleo y minería socaban la tranquilidad en América Latina



Imagen: Paperblog.com
Por Leidy Castaño

El dilema de la explotación minera y petrolera en Perú, Bolivia, Ecuador y El Salvador es similar al de Colombia: ¿hasta qué punto deben arriesgar los Gobiernos la estabilidad social, ambiental y de derechos humanos por un modelo de desarrollo económico?

En los últimos años, casi el 40% del territorio colombiano ha sido concesionado o solicitado por transnacionales mineras y de hidrocarburos. Un informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz plantea que, de los 114 millones de hectáreas que lo componen, unos 8,4 millones han sido dados en concesión para la exploración de minerales y 37 millones, titulados para la búsqueda de hidrocarburos.

A septiembre de 2011, el Sistema de Información Ambiental Minero-Energético, a través del Registro Nacional Minero, indicaba que 1.717 empresas tenían títulos vigentes de concesiones para explorar o explotar minas y que 7.200 títulos estaban en manos de particulares.

Para el pueblo colombiano, estas cifras son motivo de indignación. Para los ambientalistas, prueba fehaciente del poco o nulo interés del Gobierno nacional por el impacto ambiental de la minería legal o ilegal. Y para las poblaciones afectadas social, cultural y económicamente, un asunto de denuncia permanente.

Continente en exploración

En países como Perú, Bolivia, Ecuador y El Salvador la realidad no es diferente de la colombiana. Los minerales, el petróleo y el gas han pasado de ser riquezas del subsuelo –incluso hay creencias ancestrales que consideran que el “oro negro” es la sangre de la Pachamama (Madre Tierra)– a ser asuntos político-económicos que redefinen la relación desarrollo-naturaleza-Estado.

Anthony Bebbington, geógrafo y director de la Escuela de Posgrado de Geografía de la Universidad de Clark (EE. UU.), estudia las relaciones entre las industrias extractivas, los conflictos y el desarrollo rural en estas naciones. En su reciente visita a Colombia, participó en el Seminario Internacional Extractivismo y Minería en América Latina, organizado por la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.

En su investigación, en la que trabaja hace siete años, ha encontrado que los conflictos sociales, los daños ambientales y las economías son similares en algunos aspectos. Y se pregunta si la industria extractiva les permitirá alcanzar el desarrollo económico o si prevalecerán “los conflictos, la degradación y el crecimiento desigual”.

Asegura que, desde hace quince años, el sector se ha convertido –de manera creciente– en una estrategia central para el desarrollo de dichos países. Por ejemplo, en el caso del Perú, entre los años 2012 y 2013, se destinarán 30 mil millones de dólares al sector minero y de hidrocarburos, según lo reportó en mayo pasado el Ministerio de Economía y Finanzas de ese país, lo que constituye más del 50% del flujo de inversión directa. Solo la minería representa el 60% de sus exportaciones totales.

En Ecuador hay disputas públicas y políticas sobre la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní. Por lo pronto, el Gobierno decidió dejar bajo tierra 846 millones de barriles de crudo, a cambio de conservar un bosque que evita la emisión de 400 millones de toneladas métricas de CO2. Los hidrocarburos encontrados debajo de la selva representan el 20% de las reservas de la nación andina.

Se trata de un modelo en el cual el país le propuso a la comunidad internacional preservar los bosques a cambio de que contribuyera financieramente con al menos 3.600 millones de dólares (equivalentes al 50% de los recursos que percibiría el Estado en caso de optar por la explotación, según se afirma en la página oficial de la novedosa propuesta).

Pocos han copiado este modelo. Por el contrario, en Bolivia crecen las inversiones en hidrocarburos, y tanto en Colombia como en Ecuador existen prominentes discusiones sobre la expansión minera. La crisis ambiental, relacionada con el fenómeno, es la principal fuente del conflicto social.

“En Bolivia, en el año 2009, se presentaron nuevas tensiones entre el Estado y grupos indígenas de las regiones del Chaco y el norte amazónico, a raíz de la propuesta de expandir las operaciones hidrocarburíferas y empezar acciones exploratorias”, afirma el profesor Bebbington.

El geógrafo plantea que los motores que impulsan el extractivismo en Sur- y Centroamérica son los precios, la demanda, las reformas, los proyectos políticos (Código Minero, ajuste en pago de impuestos, tipificación de la minería ilegal como delito), la integración regional y la aparición de nuevos inversionistas. Aquí cabe citar el caso de Ecuador, nación a la cual el Banco de Desarrollo Chino le prestó 65 billones de dólares y se convirtió en su principal inversionista en el sector de hidrocarburos.

Otro de los hallazgos del investigador fue el cambio de los “imaginarios nacionales”, en cuanto a los temas de identidad y de subsuelo. En Perú, las construcciones de visiones del futuro se dan según el binomio subsuelo/desarrollo. Con la mina de oro más grande de Suramérica, aquel se convierte en una salvación para la crisis económica: en la base de un modelo de crecimiento, estabilidad y redistribución.

Los riesgos del litio

Por su parte, Argentina, Chile y Bolivia conforman el “triángulo del litio”, pues poseen el 80% de las reservas mundiales de este elemento. “La mayor parte es explotable en salmueras (desiertos de sal) y se encuentra, específicamente, en el Salar de Uyuni en Bolivia, en el de Atacama en Chile y en los pequeños salares de las tierras altas del noreste argentino”, precisa Bárbara Göbel, directora del Instituto Iberoamericano de Berlín.

El litio es un mineral clave para China, Estados Unidos, Europa y Japón, pues permite una eficiente transición eléctrica (baterías, vehículos, etc.) y es usado para generar energía renovable (solar y eólica), que requiere de un almacenamiento eficiente de energía.

“Se convirtió en la metáfora de un progreso ‘limpio’ y sustentable”, asegura Göbel. El problema es que no se consigue en algunos de estos países, por lo cual lo compran en regiones donde su explotación produce daños ambientales, sociales y económicos.

Frente al panorama la pregunta es: ¿cuánto riesgo están dispuestos a afrontar los Estados en nombre del desarrollo económico?

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Fuente: SERVINDI

¿Descolonización o recolonización de las culturas indígenas?



Por Efraín Jaramillo Jaramillo*

En los pueblos indígenas despunta un malestar por las decisiones que toman algunos liderazgos y organizaciones para buscar el desarrollo económico y social de sus comunidades a como dé lugar y al precio que sea. Los movería la angustia de que la sociedad occidental que los rodea se moderniza aceleradamente, mientras sus comunidades escasamente evolucionan, pero sí crecen sus apremios de salud, nutrición y educación y sus deteriorados territorios ya no tienen la capacidad de garantizarles la alimentación. Empero esta situación gana en complejidad y se vuelve insostenible, cuando los fundamentos filosóficos que modelan la plataforma política que orienta sus luchas, más que responder a las necesidades materiales de sus pueblos, los sumergen en una nebulosa fundamentalista que satisface los anhelos de dignidad y las necesidades de valoración social, pero poco aportan a su desarrollo real. ¿Ausencia de realismo de los intelectuales indigenistas? ¿Oportunismo de líderes indianistas? No estoy seguro. ¡Vaya uno a saber!

Lo que es más seguro es que se trata de un esencialismo cultural inmutable que resiste el paso del tiempo, una mística colectiva que tiene vida propia y condiciona la conducta de las comunidades y los individuos, una especie de impronta que porta cada individuo de la colectividad y a la cual recurrentemente se acude para explicar todos sus actos. Son actos que no requieren explicaciones racionales. Y menos para ofrecérselas a occidentales, que estarían incapacitados para comprender actuaciones provenidas de cosmovisiones diferentes, que para los indianistas son éticamente superiores.

“Esa mística colectiva encubre no obstante enormes riesgos. Inmersos en ese mundo abstraído, ensimismado, donde todo tiene una explicación y justificación cultural, se corre el riesgo de perder la capacidad para conceptuar sobre lo que acontece en los pueblos indígenas, llegando aún a extremos como el de aceptar y justificar actos perniciosos y violaciones a derechos humanos individuales (…)”


Se trata pues de una mística colectiva, a la cual sólo se tiene acceso por medio de la entrega solidaria y la toma de partido por los indígenas, de aquellos que participan de sus afanes, comparten fraternalmente con ellos sus pasiones y sufren igual que ellos de la represión de los Estados. Esa mística colectiva encubre no obstante enormes riesgos. Inmersos en ese mundo abstraído, ensimismado, donde todo tiene una explicación y justificación cultural, se corre el riesgo de perder la capacidad para conceptuar sobre lo que acontece en los pueblos indígenas, llegando aún a extremos como el de aceptar y justificar actos perniciosos y violaciones a derechos humanos individuales cometidos en las comunidades, pues conforme a esa mística colectiva, la conciencia individual no existe, la libertad individual va contra la comunidad y “le hace el juego al enemigo”. A continuación algunos ejemplos ilustrativos.

El primero de ellos tiene que ver con la ablación en algunos pueblos indígenas. Estudios de la Unicef señalan que muchas niñas mueren en el mundo por esta práctica, debido a hemorragias y choques por el intenso dolor que produce la mutilación, pero también por infecciones y obstrucción del flujo menstrual. La niña que es víctima de esta práctica queda de por vida afectada en su vida sexual y propensa a todo tipo de infecciones urinarias y pélvicas. Cuando se hizo pública la ablación a niñas embera, debido a la muerte de dos de ellas, el entonces (2007) oficial de acción humanitaria de Unicef, Eduardo Gallardo, expresó que se trataba “de una violación absoluta a las niñas, que no puede ser tolerada por razones culturales… Más que un tema sanitario, es un atropello a la libertad y dignidad sexual de las mujeres…”.

No obstante la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) defendió en esa ocasión esta práctica, declarando que en este caso se trataba “de una conducta correspondiente a una práctica ancestral del pueblo embera chamí, dentro de su cosmovisión propia.” La ONIC insistió ante Colprensa en el derecho a la autonomía de los pueblos indígenas y reprochó “la doble moral de nuestros hermanos no indígenas, que da pie a que sectores oportunistas y retardatarios se prendan de este hecho para calificarnos de salvajes e incivilizados.” (1)

Desde entonces se han dado múltiples intervenciones de organizaciones de mujeres como laCorporación Contigo Mujer o el Fondo de Población de Naciones Unidas. También el Consejo Regional Indígena de Risaralda (CRIR) participó en un largo proceso de reflexión y autocrítica, generando en la comunidad la decisión de erradicar la ablación e imponer multas y castigos a quien la practicara. No obstante se sigue practicando y siguen muriendo niñas por esta causa.

El segundo tiene que ver con las extenuantes jornadas de trabajo a que son sometidas muchas niñas indígenas, cuando sus padres ante el agotamiento de los recursos naturales de sus territorios, extienden el trabajo de niñas y jóvenes a tales límites, que las llevan al suicidio para escapar a estas infrahumanas condiciones de vida a que son sometidas. Aquí semejante al caso anterior, la cultura exime y las organizaciones absuelven esta violación de derechos humanos individuales, lo que puede llevarnos a concluir que la cultura protege, pero también, como cualquier locomotora, atropella.

Aquí, como en otros casos de cooptación de organizaciones indígenas por iglesias, gobiernos, políticos y grupos guerrilleros, dirigentes indígenas optan por actitudes reservadas y sumisas, rayanas a la condescendencia”


El tercero se refiere al modo como las culturas indígenas a través de notables dirigentes son “capturadas” por ideologías totalitarias (pleonasmo), sean de orden religioso, político o militar. Todavía zumban en los oídos las voces de indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta (Junio/2007), exigiendo la liberación de Hernán Giraldo, alias “el patrón”, jefe del bloque paramilitar “Resistencia Tairona” honrado por ellos con el título de “benefactor y protector” de indígenas, no obstante ser responsable de asesinatos y desapariciones de campesinos, indígenas y ambientalistas de la Sierra Nevada, que como Julio Henríquez Santamaría y Gentil Cruz, trabajaban con comunidades Koguis en la reconstrucción espacial y ambiental de su territorio. Aquí, como en otros casos de cooptación de organizaciones indígenas por iglesias, gobiernos, políticos y grupos guerrilleros, dirigentes indígenas optan por actitudes reservadas y sumisas, rayanas a la condescendencia.


El cuarto tiene que ver con el uso indebido que autoridades indígenas o sus representantes hacen de los bienes comunes de las comunidades. En el momento los indígenas están viviendo la locura de la minería que destruye territorios y sistemas de vida y divide a los líderes indígenas, afectando sus organizaciones, como recientemente sucedió en la Organización Indígena de Antioquia (OIA) (2). Pero un caso, quizás el más aberrante, pues afecta un renglón social tan importante como la salud de los pueblos indígenas, es que se multiplican los casos en que se dilapidan por malos manejos y desvíos, los recursos de la salud administrados por las Entidades Promotoras de Salud de los indígenas y de las instituciones que crean para atender los requerimientos de salud de sus afiliados. Con consecuencias tan negativas como las de llevar a la quiebra a hospitales y otros centros de salud públicos.

Para terminar, me asaltan las dudas, ¿Será que habrá algún líder que justifique estas prácticas como inherentes a la cultura indígena, similar a como lo expresara el Ingeniero colombiano Miguel Nule, a modo de justificación después de haber robado al Estado, que “La corrupción es inherente a la naturaleza humana”? ¿Será que después de lo acaecido a Francisco Rojas Birry, se atreva alguien a exigir que lo juzgue la justicia indígena, pues es la única que puede comprender su actuación? ¿Será que los que no se solidarizan a priori con universos culturales indígenas y denuncien este tipo de prácticas le estarán haciendo el juego a sus enemigos?

Notas:



(2) Ver: Re-elección y otras irregularidades divide Organización Indígena de Antioquia (OIA), en: http://servindi.org/actualidad/78690


*Efraín Jaramillo Jaramillo es antropólogo colombiano, director del Colectivo de Trabajo Jenzerá, un grupo interdisciplinario e interétnico que se creó a finales del siglo pasado para luchar por los derechos de los embera katío, vulnerados por la empresa Urra S.A. El nombre Jenzerá, que en lengua embera significa hormiga fue dado a este colectivo por el desaparecido Kimy Pernía.


Fuente. SERVINDI

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